Existen muchas causas y razones que están provocando la tendencia hacia la especialización del marketing en el sector servicios, y especialmente en las firmas de servicios jurídicos.

Aquí destacamos la simultaneidad de la producción y el consumo como una de las de mayor impacto diferencial con el marketing de productos tangibles.

La producción-consumo implica que por más que diseñemos un paquete de soluciones operativas para comercializarlas a nuestros clientes corporativos, el servicio se materializará real y efectivamente cuando sobrevenga la eventualidad que lo hace efectivo.

Nos referimos a soluciones como, por ejemplo, registros marcarios y/o de patentes de invención; conjuntamente o por separado, según las necesidades de protección de propiedad industrial que tenga el cliente.

Lo que ocurre anteriormente es el diseño del servicio, pero el mismo no está debidamente elaborado o “producido”.

Siguiendo el ejemplo anterior, el cliente que desee proteger un determinado signo distintivo, tal como una marca comercial, deberá proporcionar información suficiente al abogado para lograr el éxito de la totalidad del servicio.

Vemos que en la elaboración del servicio la intervención del factor humano es determinante. Y el cliente representa un rol único de gran responsabilidad en la producción de un servicio de calidad.

Ideas concretas, conocimiento útil.